Al momento de anunciarse hace unas semanas el cambio, que se hace oficial este viernes, de Kevin Garnett, Paul Pierce y Jason Terry a los Nets de Brooklyn desde los Celtics de Boston, la guerra total se desató con los Knicks de Nueva York por la supremacía de la Gran Manzana.
Los Nets se reforzaron claramente con la llegada de Garnett y Pierce más Terry a cambio de Gerard Wallace, Khris Hunpries y tres futuras selecciones del sorteo universitario, dándole otra cara a la escuadra que ahora dirige Jason Kidd.
Los Knicks no se cruzaron de brazos viendo cómo su rival de patio flexionaba los músculos. Ellos también realizaron un canje interesante al enviar a los Raptors de Toronto a Steve Novak y los veteranos Marcus Camby y Quentin Ridcharson por Andrea Bargnani.
De esta manera obtienen una real ayuda ofensiva para Carmelo Anthony, quien se cargó prácticamente el equipo solo rumbo a la postemporada.
La temporada pasada ambos equipos mejoraron drásticamente en relación a la campaña 2011-2012, a tal punto que los Knicks ganaron la División Atlántico cinco juegos por encima de los Nets y avanzaron una ronda más en los playoffs, pero los de Brooklyn dieron un buen argumento para creer en ellos.
Ahora con Garnett y Pierce a bordo, dos seguros futuros miembros del Salón de la Fama, quienes unen fuerza con un trío talentoso y establecido como el base estrella Deron Williams, el escolta Joe Johnson y el centro Brook López, la historia podría ser otra y más feliz.
Es cierto que estos dos jugadores están doblando la curva del ocaso de sus carreras y son más propensos a las lesiones que antes, pero hacen a los Nets un equipo más contendor al título de lo que fueron los Knicks la pasada temporada. Ellos lideraron a los Celtics a los playoffs aún sin la presencia del armador estrella Rajon Rondo y tienen un chance enorme de volver a esas instancias con mucho menos presión defensiva sobre ellos.
Es claro que las tareas ofensivas serán principalmente de Williams, López y Johnson, con una cuota de ellos dos. Pero lo más importante es que traen al Barclays Center la experiencia y mentalidad de campeones que lograron en Boston.
Por su parte, Bargnani es una mejora sustancial en relación a Novak, que, sin embargo, hizo una muy buena temporada con los Knicks saliendo desde la banca. Ninguno de los dos es una defensa, pero es claro que el italiano es mucho más ofensivo que Novak. Además, Nueva York logra obtener algunos espacios en la nómina para conseguir algunos jugadores veteranos a precio barato.
Pero lo importante es que Melo tendrá menos responsabilidad sobre sus hombros en el ataque y podrá realizar su juego con menos presión.
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