Cuando David Stern subió al estrado del Barclays Center para anunciar el nombre del número 1 del draft, muchas fueron las cámaras que se acercaron a la mesa de Nerlens Noel para captar el momento de alegría al oír su nombre. Sin embargo, el comisionado de la NBA no leyó el nombre de la estrella de Kentucky, sino que fue el de Anthony Bennett el que salió de sus labios y las cámaras tuvieron que conformarse con la cara de decepción del pívot.
A pesar de su grave lesión de rodilla, que sufrió el pasado mes de febrero cuando se rompió el ligamento cruzado anterior, Noel apuntaba como número 1 o en el peor de los casos como número 2 del draft. Pero Stern leyó el nombre de Bennett y luego Oladipo, Porter, Zeller y Alex Len antes de llegar al de Noel, que cayó hasta el número 6, elegido por los Pelicans.
La cara de Noel era un poema. Sólo una sonrisa se pudo ver cuando se dio cuenta de que iba a poder jugar con Anthony Davis. Sin embargo la mueca sólo duro media hora, el tiempo que tardó la franquicia de Nueva Orleans en traspasar a su nuevo jugador a los Sixers a cambio de Jrue Holiday.
El pívot no podía ocultar su decepción y tampoco lo quiso hacer cuando le preguntaron por los cinco equipos que le habían dejado escapar, aconsejados por los médicos que aseguran que Noel no volverá a ser el mismo tras la lesión. "Puedes estar seguro que se lo voy a hacer pagar a todos", aseguró Noel tras la ceremonia, afirmando que respondería con fiereza en la cancha.
El regreso a las pistas no se producirá hasta el mes de noviembre, cuando la NBA y los cinco equipos podrán comprobar si su rodilla responde o no con los profesionales. Suceda o no, lo cierto es que esa maldita articulación ya le ha costado a Noel entre cuatro y cinco millones de dólares, que es la diferencia entre salir el número 6 y hacerlo el 1 o el 2, como estaba prevista. Un precio muy alto que quiere empezar a cobrarse.
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