Hace un año, cuando Miami e Indiana se enfrentaron en la postemporada, hubo golpes que provocaron sangrado, faltas antideportivas, faltas técnicas, gestos de asfixie dirigidos a LeBron James y más de un comentario hiriente.
Este año existe la posibilidad de que vuelva a repetirse.
La final de la Conferencia Oriental entre el Heat y los Pacers comienzan mañana y ya hay señales de que la animosidad que hubo en la segunda ronda de postemporada entre Miami e Indiana estará presente una vez más.
La primera chispa saltó el sábado cuando Frank Vogel, dirigente de los Pacers, se refirió al Heat, actual campeón de la NBA, como “solo el próximo equipo que se interpone en nuestro camino”.
Era predecible que el Heat no pasara por alto ese comentario.
“Somos un gran equipo”, dijo LeBron James, quien este año ganó su cuarto premio de JMV de la NBA. “Estamos bien confiados. Listos para ellos. Si es verdad que somos ‘otro equipo’, entonces no te preparas, no te preparas para enfrentarte a un equipo más”.
Los empujones y un par de palabras extras son parte de la actividad extracurricular de la postemporada en el baloncesto de la NBA. Pero con la serie entre el Heat y los Pacers hay más: el año pasado, Dwyane Wade y Udonis Haslem sufrieron cortaduras. Haslem golpeó a Tyler Hansbrough, de Indiana, en lo que fue percibido como un golpe de venganza por una dura falta a Wade. Y lance Stephenson –quien hizo el gesto de estrangulamiento luego de que James fallara un tiro libre en el tercer parcial– fue derribado por Dexter Pittman.
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