La era de 'Superman' murió para Dwight Howard y a partir de ahora comienza en Houston la de 'Rocket-Man' con el equipo tejano, al que prefirió antes que a los Lakers en su objetivo de conseguir su primer título de la NBA.
La sonrisa volvió a ser permanente en la cara de Howard que tuvo un recibimiento apoteósico por parte de los seguidores de los Rockets y de las grandes leyendas del equipo, especialmente de los hombres altos, como Elvin Hayes, Ralph Sampson, Hakeem Olajuwon y Yao Ming.
Ellos estuvieron en la presentación de Howard y de la nueva etapa del equipo que representa al 'legado de los hombres altos', además de exfiguras como Clyde Drexler, John Lucas y Calvin Murphy. Junto a Howard también estuvieron el dueño de los Rockets Leslie Alexander, el entrenador Kevin McHale y el gerente general, Daryl Morey.
Varios de sus nuevos compañeros como Chandler Parsons y Patrick Beverley, que le cedió el número 12 que llevará Howard con los Rockets, lo apoyaron con su nuevo apodo de 'Rocket Man', mientras el pívot estrella mostraba la mejor de sus sonrisas.
De inmediato tomó la palabra y dijo que se sentía más feliz que nunca por haber llegado a la franquicia ideal para comenzar una nueva etapa y luchar por el título de liga: "Significa mucho para mí el estar aquí, donde pueda tener un comienzo nuevo y escribir mi propia historia. No creo que las personas puedan entender el hecho que fui traspasado a L.A. (Los Ángeles Lakers), y ahora he tenido la oportunidad de poder elegir mi propio destino, y este es el lugar que escogí y soy muy feliz".
Los Rockets también están felices de haber conseguido al mejor agente libre y al pívot más dominante de la liga por un contrato de 88 millones de dólares y cuatro temporadas, especialmente cuando fueron los elegidos entre cinco equipos, incluidos los Lakers que podían darle a su nueva estrella 118 millones de dólares y cinco años de contrato.
Acaba 'Superman' y nace 'Rocket Man': Voy a escribir mi propia historia.
Howard dijo que no sólo esperaba triunfar en el campo, sino hacerlo también dentro de la comunidad ayudando a las personas como siempre ha hecho desde que llegó a la NBA: "Mi meta es no sólo ser feliz en Houston, disfrutar de nuevo con el baloncesto sino hacer todo el bien que pueda dentro de la comunidad".
"El hecho que me sonría todo el tiempo no significa que no me tome muy serio todo lo relacionado con el deporte del baloncesto y mi vida personal", explicó Howard.
Howard dijo que lo que tenía muy claro era que al final el baloncesto se trataba de un deporte que había que disfrutarlo y divertirse, algo que no siempre es posible cuando estás dentro de la NBA, pero que estaba convencido que en Houston lo conseguiría.
"Desde que me reuní con Alexander, McHale, Morey y todo el personal de la organización me di cuenta que había llegado al lugar perfecto y no tuve ninguna duda al tomar mi decisión", subrayó Howard, que además ha sido durante tiempo discípulo de Olajuwon con el que ha trabajado para mejorar su juego.
Olajuwon, al igual que el resto de los hombres altos de los Rockets y viejas leyendas, reconocieron que la llega de Howard es la pieza que le faltaba al equipo para que pueda aspirar al título: "Es la pieza que faltaba para que el equipo vuelva a ser un aspirante máximo a lucha por el anillo de campeones. Dentro de la plantilla hay jugadores jóvenes de gran talento y con Howard su rendimiento será aun mayor".
Morey, que fue decisivo con su labor a la hora de conseguir a Howard, estuvo de acuerdo con Olajuwon que con la llegada del pívot más dominante de la liga les daba una oportunidad real de conseguir el título: "Es cierto que hay seis o siete equipos que lucharán por lograrlo y entre ellos estaremos nosotros. En esta liga si no tienes varias estrellas no podrás aspirar al título".
Morey recordó que los Rockets no sólo tienen a varias estrellas sino también al pívot más dominante y eso es toda una "garantía", además de que Harden está entre los 10 mejores jugadores de la NBA.
Howard, de 27 años, la pasada temporada jugó con los Lakers y consiguió unos promedios de 17,1 puntos y 12,4 rebotes, pero nunca pudo encajar en el esquema de ataque del entrenador Mike D'Antoni ni entenderse con el escolta estrella Kobe Bryant.
Además, Howard admitió públicamente que durante la mayor parte del tiempo que estuvo con los Lakers no pudo disfrutar del juego ni mucho menos de la relación con Bryant, que nada más conocer que había decidió irse a los Rockets lo borró de su cuenta de Twitter.
Alexander defendió también la misma filosofía que tiene Howard en cuanto al deporte y aseguró que en Houston sería todo diferente: "Si eres un gran jugador y no puedes ser feliz, entonces qué sentido tiene estar en un lugar. Decir que Howard no es serio porque es feliz cuando juega es de estúpidos, realmente de estúpidos, y no tengo ninguna duda que, en Houston, vio el lugar perfecto para que sus sueños de infancia se hiciesen realidad como un Rocket".
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