Los New York Knicks quieren el balón, pero no son dignos de recibirlo. No son dignos de estar en la misma etapa de postemporada con su estrella Carmelo Anthony, quien se merece algo mejor de lo que ha recibido de un elenco de soporte que está demasiado ocupado derrumbándose alrededor suyo.
Abajo por 3-1 después de la derrota del martes pasado por 93-82, los Knicks están casi seguros de que perderán su serie de segunda ronda ante un equipo de los Indiana Pacers que florece sin su mejor jugador, Danny Granger, una noticia que normalmente reduciría a Anthony a una de las noticias más fáciles de producir y más rápidas para expandirse en los tableros de mensajes del mundo, y lo transformarían en una piñata con vincha.
Pero este juego de culpas sería completamente diferente si los Knicks no logran sacar ventaja de su poder de pegada, y fallan a la hora de arrebatar tres partidos consecutivos de muerte súbita de manos de un oponente más grande, fuerte y agresivo. La posición estándar por default (es todo culpa de Melo) no va a ser válida esta vez. No con los compañeros de equipo de Anthony luciendo tan cómodos en esta serie como Sergio García luciera en el 17mo hoyo el domingo pasado.
"No quiero que siempre tengamos que depender de Melo todo el tiempo para sacarnos de los problemas", dijo el entrenador de los Knicks, Mike Woodson.
Pero ese es el punto en el que están los Knicks ahora mismo: un equipo desesperado por salvarse de sí mismo. Tyson Chandler pidió más movimiento de balón después de que Melo encestara un total de 16 disparos en el Juego 3, lo pidió luego de que Roy Hibbert hiciera que Nate Robinson luzca pequeño en comparación con Chandler, y los pocos pases adicionales no importaron en lo más mínimo en el Juego 4.
Kenyon Martin tuvo racha de 0 de 3 en 29 minutos. Iman Shumpert, con una rodilla lastimada, tuvo marca de 0 de 6 en unos flojos 16 minutos. Jason Kidd y Pablo Prigioni se combinaron para 0 de 2 en 19 minutos, 16 de ellos de manos de un jugador de 40 años que ya está en el Salón de la Fama, quien perdió una bandeja y que podría usar un para de semanas de descanso.
"Tenemos que entender que en este momento no tenemos nada que perder", dijo Kidd.
Nada, excepto la temporada 2012-13, que terminará siendo una gran decepción si los Knicks caen a manos de Indiana, y que será una temporada que J.R. Smith se llevará a la tumba.
"Yo acepto la culpa por toda esta serie", dijo Smith, quien encestó 7 de 22 el martes por la noche, y quien ha errado 91 de sus 137 tiros al aro en esta postemporada.
"He estado decepcionando a mis compañeros. He estado decepcionando a mis entrenadores".
Casi todos los Knicks podrían decir lo mismo. Woodson hizo una movida significativa antes del 4to partido, poniendo a Martin como titular en lugar de Prigioni y enviando un mensaje a Indiana de que los Knicks estaban listos para jugar con los chicos grandes en el fondo de cancha. No fue precisamente una movida como la de Joe Torre enviando a Tino Martínez, Paul O'Neill y Wade Boggs a la banca en el Juego 3 de la Serie Mundial del '96, pero fue una decisión igual de nerviosa por parte de Woodson.
Y no tuvo el buen tacto de Torre para hacerlo. No estuvo ni siquiera cerca. Todavía frenado por la misma enfermedad que tuvo Smith en primer lugar, Martin no aportó un solo punto y contribuyó con cinco rebotes para un equipo de los Knicks que capturó 36, ó 18 menos de los que agarraron los Pacers.
"Nos castigaron duro en los tableros nuevamente", dijo Woodson.
Ellos fueron castigados de todas las maneras en que un supuesto retador puede ser castigado, incluyendo el entrenador. Apenas 29 segundos después de que Chris Copeland encestara un triple a comienzos del último cuarto, cortando la ventaja de Indiana a 10, Woodson inexplicablemente lo citó en la banca para poner a Anthony, dejando al oxidado y poco efectivo Amar'e Stoudemire (cuatro faltas y cuatro puntos en 11 minutos) en la cancha. Woodson necesitó ofensiva ahí, necesitó buscar jugadores pequeños con Melo y Copeland, y para cuando Stoudemire fue reemplazado los Knicks estaban abajo por 16.
Stoudemire y Chandler recibieron faltas técnicas tontas tempranamente, y los Knicks perdieron demasiado tiempo y energía quejándose por las decisiones arbitrales, una pérdida de tiempo en todo momento. Ya sin interés en lograr un tiro abierto, Kidd lanzó demasiado fuerte tras una violación a la regla de 24 segundos al final del último cuarto. En el tercero, el adormecido jugador de Indiana Ian Mahinmi superó a Smith en la lucha por una bola perdida en la banda que ganó con puro deseo, y nada más.
"Tengo que jugar más eficientemente", dijo Smith en el vestuario, desarmando los argumentos de los periodistas que lo rodeaban al destruirse a sí mismo. "Tengo que rebotar el balón. Un rebote, dos rebotes no son suficientes. Paul George está ahí afuera logrando 13 ó 14 rebotes. Como alero eso es inaceptable para mí". Perder esta serie sería bastante inaceptable también. Los Knicks están segundos en la siembra, el equipo con ventaja de local, el equipo que se espera que enfrente a Miami en la final de conferencia, el equipo con una estrella saludable como Anthony para operar en modos que Indiana solamente podría esperar del decaído Granger.
Pero los Pacers son los que atacan la canasta con un propósito. Ellos encestaron 30 tiros libres contra los 14 de los Knicks. "Ellos apenas están aguantando el ataque", dijo Chandler. "No es solamente uno o dos tipos, son cinco tipos chocando contra los tableros, y tenemos que hacerlos pagar por eso".
Esta vez, Chandler estaba pidiendo más puntos en el contragolpe y más tiradores para encestar tiros abiertos. Dijo que la bola se movió mejor en el Juego 4, y que nunca quiso incriminar a Anthony después del Juego 3 cuando hizo campaña por un enfoque más centrado en el equipo de parte de ofensores que no identificó.
"Yo no estaba dirigiendo mis comentarios contra Carmelo Anthony", dijo Chandler. "Yo estaba dirigiendo mis comentarios hacia los New York Knicks".
Fue a duras penas un reclamo convincente, y hay chances de que Melo no lo haya creído totalmente, tampoco. Pero ambos han dicho que hablaron y aclararon todo, sin sangre de por medio.
"No me lo tomé como si estuviese lanzándome un golpe", dijo Anthony. "Nuestra ofensiva ha sido una m(&). Él tiene derecho a decir eso".
Sí, claro. Pero luego de anotar 24 puntos en 23 tiros, algunos de los cuales fue casi forzado a tomar, Anthony también tiene el derecho de pedir un poco de ayuda, una ayuda que seguramente no obtendrá. La fundamental (y fatal) falla del equipo es poner a Smith en el rol de mejor actor de reparto, el pseudo-Pippen ante el rol de pseudo-Jordan de Melo. J.R. no es lo suficientemente bueno ni consistente como para manejar esa responsabilidad.
"Quiero que J.R. enceste", dijo Anthony, quien salió expulsado por faltas cuando faltaban dos minutos. "No puede tomar sus tiros con él. Yo necesito que J.R. enceste".
Necesita que J.R. tome esos tiros. "Realmente creo que podemos hacer algo especial aquí", sostuvo Melo.
"Todavía creo que somos el mejor equipo".
Escrito en el tablero de grasa en el vestuario de los perdedores, se leía este mensaje: "mantengan el rumbo. Ganen un partido, cambien todo".
Quizás los Knicks puedan llevar esta serie de regreso a un Juego 6, pero quizás no. Pero si ellos pierden ante Indiana al final, Carmelo Anthony no será la persona a quien culpar. La gente entenderá que incluso LeBron James, y hasta Jordan, no podrían haber llegado a nada con este horrible elenco de reparto.
Abajo por 3-1 después de la derrota del martes pasado por 93-82, los Knicks están casi seguros de que perderán su serie de segunda ronda ante un equipo de los Indiana Pacers que florece sin su mejor jugador, Danny Granger, una noticia que normalmente reduciría a Anthony a una de las noticias más fáciles de producir y más rápidas para expandirse en los tableros de mensajes del mundo, y lo transformarían en una piñata con vincha.
Pero este juego de culpas sería completamente diferente si los Knicks no logran sacar ventaja de su poder de pegada, y fallan a la hora de arrebatar tres partidos consecutivos de muerte súbita de manos de un oponente más grande, fuerte y agresivo. La posición estándar por default (es todo culpa de Melo) no va a ser válida esta vez. No con los compañeros de equipo de Anthony luciendo tan cómodos en esta serie como Sergio García luciera en el 17mo hoyo el domingo pasado.
"No quiero que siempre tengamos que depender de Melo todo el tiempo para sacarnos de los problemas", dijo el entrenador de los Knicks, Mike Woodson.
Pero ese es el punto en el que están los Knicks ahora mismo: un equipo desesperado por salvarse de sí mismo. Tyson Chandler pidió más movimiento de balón después de que Melo encestara un total de 16 disparos en el Juego 3, lo pidió luego de que Roy Hibbert hiciera que Nate Robinson luzca pequeño en comparación con Chandler, y los pocos pases adicionales no importaron en lo más mínimo en el Juego 4.
Kenyon Martin tuvo racha de 0 de 3 en 29 minutos. Iman Shumpert, con una rodilla lastimada, tuvo marca de 0 de 6 en unos flojos 16 minutos. Jason Kidd y Pablo Prigioni se combinaron para 0 de 2 en 19 minutos, 16 de ellos de manos de un jugador de 40 años que ya está en el Salón de la Fama, quien perdió una bandeja y que podría usar un para de semanas de descanso.
"Tenemos que entender que en este momento no tenemos nada que perder", dijo Kidd.
Nada, excepto la temporada 2012-13, que terminará siendo una gran decepción si los Knicks caen a manos de Indiana, y que será una temporada que J.R. Smith se llevará a la tumba.
"Yo acepto la culpa por toda esta serie", dijo Smith, quien encestó 7 de 22 el martes por la noche, y quien ha errado 91 de sus 137 tiros al aro en esta postemporada.
"He estado decepcionando a mis compañeros. He estado decepcionando a mis entrenadores".
Casi todos los Knicks podrían decir lo mismo. Woodson hizo una movida significativa antes del 4to partido, poniendo a Martin como titular en lugar de Prigioni y enviando un mensaje a Indiana de que los Knicks estaban listos para jugar con los chicos grandes en el fondo de cancha. No fue precisamente una movida como la de Joe Torre enviando a Tino Martínez, Paul O'Neill y Wade Boggs a la banca en el Juego 3 de la Serie Mundial del '96, pero fue una decisión igual de nerviosa por parte de Woodson.
Y no tuvo el buen tacto de Torre para hacerlo. No estuvo ni siquiera cerca. Todavía frenado por la misma enfermedad que tuvo Smith en primer lugar, Martin no aportó un solo punto y contribuyó con cinco rebotes para un equipo de los Knicks que capturó 36, ó 18 menos de los que agarraron los Pacers.
"Nos castigaron duro en los tableros nuevamente", dijo Woodson.
Ellos fueron castigados de todas las maneras en que un supuesto retador puede ser castigado, incluyendo el entrenador. Apenas 29 segundos después de que Chris Copeland encestara un triple a comienzos del último cuarto, cortando la ventaja de Indiana a 10, Woodson inexplicablemente lo citó en la banca para poner a Anthony, dejando al oxidado y poco efectivo Amar'e Stoudemire (cuatro faltas y cuatro puntos en 11 minutos) en la cancha. Woodson necesitó ofensiva ahí, necesitó buscar jugadores pequeños con Melo y Copeland, y para cuando Stoudemire fue reemplazado los Knicks estaban abajo por 16.
Stoudemire y Chandler recibieron faltas técnicas tontas tempranamente, y los Knicks perdieron demasiado tiempo y energía quejándose por las decisiones arbitrales, una pérdida de tiempo en todo momento. Ya sin interés en lograr un tiro abierto, Kidd lanzó demasiado fuerte tras una violación a la regla de 24 segundos al final del último cuarto. En el tercero, el adormecido jugador de Indiana Ian Mahinmi superó a Smith en la lucha por una bola perdida en la banda que ganó con puro deseo, y nada más.
"Tengo que jugar más eficientemente", dijo Smith en el vestuario, desarmando los argumentos de los periodistas que lo rodeaban al destruirse a sí mismo. "Tengo que rebotar el balón. Un rebote, dos rebotes no son suficientes. Paul George está ahí afuera logrando 13 ó 14 rebotes. Como alero eso es inaceptable para mí". Perder esta serie sería bastante inaceptable también. Los Knicks están segundos en la siembra, el equipo con ventaja de local, el equipo que se espera que enfrente a Miami en la final de conferencia, el equipo con una estrella saludable como Anthony para operar en modos que Indiana solamente podría esperar del decaído Granger.
Pero los Pacers son los que atacan la canasta con un propósito. Ellos encestaron 30 tiros libres contra los 14 de los Knicks. "Ellos apenas están aguantando el ataque", dijo Chandler. "No es solamente uno o dos tipos, son cinco tipos chocando contra los tableros, y tenemos que hacerlos pagar por eso".
Esta vez, Chandler estaba pidiendo más puntos en el contragolpe y más tiradores para encestar tiros abiertos. Dijo que la bola se movió mejor en el Juego 4, y que nunca quiso incriminar a Anthony después del Juego 3 cuando hizo campaña por un enfoque más centrado en el equipo de parte de ofensores que no identificó.
"Yo no estaba dirigiendo mis comentarios contra Carmelo Anthony", dijo Chandler. "Yo estaba dirigiendo mis comentarios hacia los New York Knicks".
Fue a duras penas un reclamo convincente, y hay chances de que Melo no lo haya creído totalmente, tampoco. Pero ambos han dicho que hablaron y aclararon todo, sin sangre de por medio.
"No me lo tomé como si estuviese lanzándome un golpe", dijo Anthony. "Nuestra ofensiva ha sido una m(&). Él tiene derecho a decir eso".
Sí, claro. Pero luego de anotar 24 puntos en 23 tiros, algunos de los cuales fue casi forzado a tomar, Anthony también tiene el derecho de pedir un poco de ayuda, una ayuda que seguramente no obtendrá. La fundamental (y fatal) falla del equipo es poner a Smith en el rol de mejor actor de reparto, el pseudo-Pippen ante el rol de pseudo-Jordan de Melo. J.R. no es lo suficientemente bueno ni consistente como para manejar esa responsabilidad.
"Quiero que J.R. enceste", dijo Anthony, quien salió expulsado por faltas cuando faltaban dos minutos. "No puede tomar sus tiros con él. Yo necesito que J.R. enceste".
Necesita que J.R. tome esos tiros. "Realmente creo que podemos hacer algo especial aquí", sostuvo Melo.
"Todavía creo que somos el mejor equipo".
Escrito en el tablero de grasa en el vestuario de los perdedores, se leía este mensaje: "mantengan el rumbo. Ganen un partido, cambien todo".
Quizás los Knicks puedan llevar esta serie de regreso a un Juego 6, pero quizás no. Pero si ellos pierden ante Indiana al final, Carmelo Anthony no será la persona a quien culpar. La gente entenderá que incluso LeBron James, y hasta Jordan, no podrían haber llegado a nada con este horrible elenco de reparto.
No comments:
Post a Comment