Los aficionados de Los Angeles Lakers dictaron sentencia otra vez más tras brindarle una calurosa ovación a Pau Gasol, que el domingo podría haber jugado su último partido como lagunero.
Acostumbrado a caminar en una cuerda floja, quizás esta vez es la que más sensaciones de despedida ha despertado; porque el equipo necesita una renovación tras la decepción de una temporada destinada al fracaso, porque tener el segundo mejor contrato del plantel ($19.3 millones, a falta de conocer el futuro de Dwight Howard) podría ir en su contra; porque la famosa cláusula de amnistía sobrevuela los supuestos.
Gasol se marchó del Staples Center custodiado por una masa de periodistas y personal que querían despedirse del español. Sus cinco años en la franquicia, su carácter calmado y su disposición a escuchar todo aquello que se le dice ha alimentado la leyenda de un jugador que tiene claro que quiere ganar otro campeonato vestido de púrpura y oro, pero que que también es consciente de que su futuro no depende de él... ¿O sí?
"Nunca quieres quedarte a toda costa. Quieres que (las situaciones) sean favorables y positivas para ti y para el equipo. Veremos qué pasa a partir de estos días, hablaré con la franquicia, ellos hablarán conmigo. Veremos las intenciones, intercambiaremos un poco las sensaciones de esta temporada que no han sido satisfactorias y a partir de ahí a ver qué sucede", comentó en rueda de prensa. "Quién sabe qué sucederá en el futuro. No tengo ni idea. Es algo que está fuera de mi control".
"Espero no volver a estar involucrado en una temporada como ésta en cuanto a lesiones y a emociones duras y difíciles. Espero que la próxima temporada sea más fácil y favorable para el equipo. Que podamos jugar como sabemos y para ganar un campeonato", apuntó.
El calor que la hinchada le demostró a Gasol fue recibido con satisfacción por el jugador, quien se sentó en la banca y recibió un achuchón de su amigo y defensor a ultranza, Kobe Bryant.
"Para mí fue muy emotivo, estoy muy agradecido por la reacción del público, por el apoyo que me han demostrado", añadió Gasol. "El equipo ha luchado durante toda la serie y toda la temporada. Debemos de estar contentos por ese espíritu de lucha y por no abandonar las diferentes y múltiples adversidades que se han presentado".
Sobre la posibilidad de haber jugado su último encuentro con los Lakers, Gasol reconoció que intentó no darle muchas vueltas al asunto.
"Hay una posibilidad de que suceda. No es algo en lo que haya pensado mucho, siempre intento jugar a tope. Estoy muy agradecido a los fans por su apoyo y su lealtad y por el aprecio que me tienen".
Pero los elogios al español no sólo provienen de la Nación Laker. Tim Duncan, que lleva sufriendo la marca del lagunero durante muchos años, conoce a la perfección al que él cataloga como un jugador poco egoísta.
"Es uno de los pivots más talentosos. Puede hacerlo todo y es muy poco egoísta. Siempre juega de la manera en la que se le requiere. Estoy seguro que si se le dice que tiene que ser más anotador, u otra cosa, lo puede hacer también. Creo que todavía le quedan muchos años por delante", argumentó uno de los jugadores más veteranos de la liga con 37 años de edad.
El verano se presenta movido para el internacional español. Tal y como reconoció antes del último juego de la serie, Gasol buscará tratar las tendinitis en ambas rodillas de cara al Europeo que se jugará en septiembre y a la temporada que viene. Las molestias le llevan acompañando durante toda la temporada y es probable que visite a los mismos médicos que trataron a Kobe en Alemania.
Como de costumbre, el futuro de Gasol es incierto y habrá que esperar qué sucede en los próximos días para comprobar si su adiós como lagunero es una realidad o una ficción como sucedió últimamente.
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